WASHINGTON, 31 de enero de 2018 — El esperado partido del año ya está aquí y, independientemente de si tu equipo competirá por el Trofeo Lombardi o no, hay algo que es cierto: habrá muchas ovaciones, algunas lágrimas y mucha comida. Mientras disfrutan de algunas de las mil millones de alitas de pollo consumidas el domingo del Super Bowl, el Servicio de Inocuidad e Inspección de Alimentos (FSIS) del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) quiere recordarles a los fanáticos que no dejen que las enfermedades transmitidas por los alimentos los dejen fuera una vez que el juego haya terminado.
“Millones de personas se enferman por intoxicación alimentaria cada año, y 128.000 de ellas son hospitalizadas”, dijo el administrador interino del FSIS, Paul Kiecker. “Las fiestas del Super Bowl presentan más oportunidades de intoxicación alimentaria debido a las grandes multitudes y la duración del juego. Si sigue algunos consejos simples, puede mantener a salvo a su familia y amigos”.
Siga las estrategias ganadoras del USDA para combatir las enfermedades transmitidas por los alimentos en su fiesta del Super Bowl.
Juego limpio
Lávate las manos, pero no las alitas. Según el Consejo Nacional del Pollo, en este Super Bowl se consumirán más de 1.300 millones de alitas de pollo, pero no se recomienda lavarlas porque las bacterias presentes en los jugos de la carne cruda y las aves pueden salpicar y propagarse a otros alimentos, utensilios y superficies, contaminándolos. Asegúrate de lavarte las manos con agua tibia y jabón antes de cocinar, pero mantén las alitas secas.
Jugar a la defensiva
No contamine de forma cruzada. Cuando vaya de compras al supermercado, guarde la carne cruda, las aves, los huevos y los mariscos en bolsas de plástico separadas para evitar que sus jugos goteen sobre otros alimentos. Recuerde siempre utilizar una tabla de cortar diferente para las frutas y verduras frescas y para las carnes crudas.
Interceptar bacterias
La carne cruda, las aves, los mariscos y los productos a base de huevo deben cocinarse a la temperatura interna adecuada. Use un termómetro para alimentos para asegurarse de que los alimentos hayan alcanzado la temperatura correcta para matar cualquier bacteria dañina que pueda estar presente. Las alitas de pollo son seguras para comer cuando han alcanzado una temperatura interna de 165 °F. Antes de darse un gusto, tome la temperatura de varias alitas en la parte más gruesa del ala, teniendo cuidado de evitar el hueso.
Juego genial
Mantenga calientes los alimentos calientes y fríos los alimentos fríos. Mantenga calientes los alimentos (a 140 °F o más) en una olla de cocción lenta o en una fuente para calentar alimentos, o mantenga la mitad de los alimentos en la mesa y la otra mitad en el horno y reemplace lo que esté en la mesa con alimentos frescos cada hora. Mantenga fríos los alimentos fríos (a 40 °F o menos) colocando ensaladas, aderezos y salsas en una bandeja con hielo. Cuando sirva los alimentos, asegúrese de servirlos en porciones pequeñas.
Evite la zona de peligro
No deje los alimentos a la intemperie. La mayoría de las bacterias crecen rápidamente a temperaturas entre 40 °F y 140 °F. Ese rango de temperatura se conoce como la “ zona de peligro ”. Refrigere los alimentos de inmediato. No deje los alimentos a temperatura ambiente durante más de 2 horas.
¿ Necesita más información sobre seguridad alimentaria ? Llame a la línea directa sobre carnes y aves de corral del USDA al (1-888-674-6854) de lunes a viernes, de 10 a. m. a 6 p. m., hora del Este de EE. UU., o envíe un correo electrónico o chatee en AskKaren.gov .
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NOTA: Acceda a los comunicados de prensa y otra información en el sitio web del FSIS en www.fsis.usda.gov/recalls .
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