WASHINGTON, 15 de febrero de 2013–El Secretario de Agricultura, Tom Vilsack, anunció hoy la inversión de $59 millones este año del Servicio de Conservación de Recursos Naturales (NRCS) para la salud de la cuenca del río Mississippi, lo que hace un total de aproximadamente $289 millones para la iniciativa que reduce el escurrimiento de nutrientes y sedimentos.
"La cuenca del río Misisipi es un ejemplo de cómo las prácticas de conservación voluntarias en pequeñas cuencas hidrográficas pueden ayudar a mejorar un sistema más grande", dijo Vilsack. "Esta iniciativa ofrece una oportunidad para que los agricultores y ganaderos hagan su parte voluntariamente y obtengan reconocimiento por ello, al mismo tiempo que continúan aprovechando el éxito de nuestros productores, socios y otras agencias estatales y federales cuyos esfuerzos combinados han logrado un progreso significativo hacia la reducción de la escorrentía de nitrógeno y sedimentos en la cuenca del río Misisipi".
Más de 640 pequeñas cuencas hidrográficas en 13 estados forman parte de la Iniciativa de Cuencas Hidrográficas Saludables de la Cuenca del Río Mississippi, que se encuentra en su cuarto año. A través de asociaciones de conservación cooperativa, el NRCS trabaja con cientos de organizaciones locales y expertos en conservación para concentrar fondos en ayudar a los mayores esfuerzos de mejora de la calidad del agua en el río.
Mediante un enfoque de asociación, los recursos se destinan a las hectáreas más vulnerables de la cuenca hidrográfica, donde se producen las mayores pérdidas de sedimentos y nutrientes. Los productores y los propietarios de tierras trabajan con el NRCS para iniciar prácticas de conservación voluntarias destinadas a mejorar la calidad del agua, restaurar los humedales, mejorar el hábitat de la vida silvestre y mantener la rentabilidad agrícola en la cuenca.
La conservación previa en tierras de cultivo en la cuenca superior del río redujo las pérdidas de sedimentos en el borde del agua en aproximadamente un 61 por ciento, las de nitrógeno en un 20 y las de fósforo en un 44, según el proyecto de evaluación de los efectos de la conservación del NRCS, lo que demuestra cuán efectiva es la conservación para la salud de la cuenca.
Además de su papel vital en el suministro de agua potable, alimentos, industria y recreación para millones de personas, el NRCS ha identificado la cuenca como una prioridad máxima debido a las preocupaciones sobre la calidad del agua, principalmente relacionadas con los efectos de la carga de nutrientes en la salud de los cuerpos de agua locales y, eventualmente, el Golfo de México.
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