Se estima que una familia de cuatro miembros desperdicia una media de 1.500 dólares al año en alimentos que no se consumen. Ahora que los niños vuelven a la escuela, queremos compartir algunos consejos sencillos que puedes utilizar para reducir el desperdicio de alimentos en el almuerzo de tu hijo.
- Pida a su hijo que le dé su opinión sobre lo que le gusta. Evite “envasar” alimentos que su hijo no comerá en casa, ya que es probable que estos alimentos sean desechados en la escuela. Si le gustan las mandarinas y los wraps de pavo, llévelos. Es difícil encontrar el equilibrio ideal entre una buena nutrición y las preferencias de su hijo.
- Corte frutas y verduras para que sean más fáciles de comer.
- Haga que el almuerzo sea divertido. Por ejemplo, agregue salsas para las verduras cortadas, haga rollitos de carne o queso e incluya aderezo para agregar a una ensalada lista para batir y servir.
- Asegúrese de que las porciones sean las adecuadas para niños de distintas edades. MyPlate del USDA ofrece pautas nutricionales sencillas de usar para distribuir las porciones entre los grupos de alimentos, como por ejemplo, una cuarta parte de la comida como proteína magra (por ejemplo, frijoles, pescado, carnes magras y nueces), una cuarta parte de cereales (preferiblemente integrales) y fruta y verduras para la mitad restante del almuerzo.
- Intente lograr “almuerzos sin desperdicios” utilizando botellas de agua, recipientes y bolsas para refrigerios reutilizables, cubiertos compostables y loncheras estilo bento, que separan los alimentos en diferentes compartimentos para ofrecer variedad y al mismo tiempo controlar las porciones.
Tenga siempre presente la seguridad alimentaria. Algunas prácticas pueden reducir tanto los riesgos de seguridad alimentaria como el desperdicio de alimentos, como el uso de bolsas o cajas térmicas para el almuerzo para mantener frescos los alimentos e incluir compresas frías reutilizables.
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