Millones de niños corren el riesgo de pasar hambre durante los meses de verano, cuando ya no tienen acceso a las comidas escolares. Los programas de comidas de verano del USDA (el Programa de Servicio de Alimentos de Verano y la Opción Sin Interrupciones de Verano) reducen la inseguridad alimentaria y nutricional y ayudan a garantizar que los niños estén sanos y preparados para aprender cuando regresen a la escuela en otoño. En todo el país, miles de organizaciones dedicadas patrocinan programas de comidas de verano y trabajan incansablemente para ofrecer comidas de alta calidad que sean atractivas y nutritivas.
El premio Turnip the Beet Award premia a los patrocinadores de comidas de verano que se esfuerzan al máximo para ofrecerles a los niños comidas apetitosas y de alta calidad. Recientemente, el Servicio de Alimentos y Nutrición reconoció a 98 patrocinadores de comidas de verano con premios de Oro, Plata o Bronce por hacer un esfuerzo adicional en 2022. La lista completa de los ganadores del premio Turnip the Beet Award de 2022 se puede encontrar en el sitio web del Servicio de Alimentos y Nutrición.
Si conoce a un patrocinador de comidas de verano en su área que se destaque en el servicio a los niños, ¡nómbrelo para un premio Turnip the Beet 2023 a través de este formulario de nominación de Turnip the Beet !
De cara al verano de 2023, esperamos poder brindar un mejor servicio a los niños de las zonas rurales, gracias a la legislación aprobada por el Congreso. Históricamente, el requisito de alimentación grupal en el lugar para las comidas de verano ha sido una barrera para algunas comunidades rurales que intentan conectar a los niños con comidas saludables. Los desafíos incluyen la falta de transporte, instalaciones ubicadas en el centro para albergar un sitio y fondos para apoyar actividades de enriquecimiento, por nombrar algunos.
Ahora, los centros de comidas de verano aprobados en ciertas áreas rurales pueden distribuir comidas a los niños sin necesidad de que se sirvan en un entorno grupal. Esto significa que los operadores del programa pueden usar modelos alternativos para satisfacer mejor las necesidades de sus comunidades. Por ejemplo, en lugar de servir comidas en persona, una escuela o biblioteca aprobada podría permitir que las familias recojan comidas para una semana para sus hijos.
Estas opciones de servicio de comidas flexibles son victorias monumentales en la lucha para terminar con el hambre infantil y se espera que beneficien a casi ocho millones de niños en áreas rurales.
